ORACIONES
Antigua Oración A San José,
OH San José, cuya protección es tan grande, tan poderosa y eficaz ante el trono de Dios, en vuestras manos entrego todos mis intereses y mis deseos.
OH San José, asistidme con vuestra poderosa intercesión. Obtened para mí, de vuestro Divino Hijo, Nuestro Señor, todas las bendiciones espirituales que necesito. A fin de que, habiendo conseguido, aquí en la tierra, la ayuda de vuestro poder celestial, pueda ofrecer mi gratitud y homenaje, al Padre más Amoroso.
OH San José, nunca me cansaré de contemplaros con el Niño Jesús dormido en vuestros brazos. No me atrevo a acercarme mientras que el Niño reposa sobre vuestro corazón. Abrazadle fuertemente en mi nombre; y de parte mía, besad su fina y delicada Cabecita. Luego, suplicadle que me devuelva ese beso a la hora de mi último suspiro. San José, patrón de los moribundos, rogad por nosotros.
Amén.
Rezarlo por nueve mañanas consecutivas por lo que usted desea.
Esta oración fue descubierta el año quincuagésimo de Nuestro Señor Jesucristo. En el siglo XVI, o en los años de 1500 A.D., etc., envió el Papa esta Oración al Emperador Carlos. El emperador recibió esta oración al prepararse para emprender la batalla.
Los que leyesen esta oración serán premiados. Igualmente se premiará a los que la escuchasen al ser leída o si la llevasen en su persona. A todas estas almas se les promete que no morirán repentinamente; ni se ahogarán; ni serán afectados por el veneno. No caerán en manos de sus enemigos; ni serán consumidos en ningún incendio, ni derrotados en la batalla. (Esta fotografía es prueba de la realidad de esta promesa, pues así quedó la imagen de “La Huída” luego de un incendio en el hogar de una familia, cuya madre rezaba frecuentemente esta oración. Cabe señalar que los daños, en este percance, no pasaron del sitio en donde estaba la imagen).
Haced esfuerzos para que se conozca esta oración, y propagadla en todas partes.
SELLO DE LA PRECIOSA SANGRE PARA LA CASA
(Oración de protección)
Sello y protejo, con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor, esta casa con todo lo que es, con todo lo que tiene. Sello y protejo la puerta principal, de tal manera que todos los que entren o salgan, se experimenten profundamente protegidos, por la Preciosísima Sangre de Jesucristo, el Señor. Sello y protejo: todas las paredes, el techo, todos los rincones, cada una de las columnas y a través de ellas. Sello y protejo, los 4 puntos cardinales de esta casa. Sello y protejo el suelo, el subsuelo, y debajo del subsuelo. Sello y protejo, con el Poder de la Sangre de Jesucristo, el Señor, todos los cimientos a partir de los cuales se levantó esta casa. Sello y protejo, con el Poder de la Sangre de Jesucristo, el Señor, todo el material con que se construyó: ladrillos, cemento, varillas, y block. Sello y protejo, con el Poder de la Sangre de Jesucristo, el Señor, todas las instalaciones de luz, tuberías de gas, agua, y toda la cañería. Incluso, sello y protejo, con la Sangre de Jesucristo, el Señor, la pintura con la que está revestida. Sello y protejo todas las puertas de todos los cuartos, al igual que todas las ventanas. Sello todas las áreas de esta casa, los dormitorios; sello la sala, la cocina, el comedor, los baños. Sello y protejo, con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor, cada objeto contenido, cada mueble, cama, adorno. Todo, absolutamente todo lo contenido en esta casa. Pido a Jesús, que toda ella sea bañada con su Preciosísima Sangre, de tal manera que nada ni nadie pueda provocarnos ningún daño. Sello y protejo todos los límites de esta casa, de tal manera que nada, absolutamente de lo que la rodea, pueda provocarnos algún daño, ni a mí, ni a los míos, ni a cualquiera de mis parientes, amigos o visitantes. Amén. Amén. Amén.